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Cómo superar la Tristeza, Depresión, Ansiedad y Estrés

09/03/2018 by Jota

Tema: Personalidad (Conducta).

¿Cómo entender la depresión, ansiedad, el estrés y la tristeza? ¿Cómo superarlos y librarse de ellos? Aquí lo vemos.

►Sapiens (De Animales a Dioses).
►Homo Deus (Breve Historia del Mañana).

¡Nos vemos en el siguiente blog! Un abrazo,

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Transcripción:

Salvando la tristeza que recibimos por un pequeño estímulo reciente en el tiempo, ésta suele ser considerada un estadio menor que la depresión, del mismo modo que el estrés se considera un estadio menor que la ansiedad. Sin embargo, sí que hay ciertas diferencias según el origen de dicha emoción.

Igualmente, la depresión y la ansiedad suelen considerarse algo más crónico, especialmente si estamos hablando de ansiedad generalizada y no de un ataque de ansiedad apartado. Generalmente solemos asociar la depresión con eventos del pasado, y la ansiedad con eventos del futuro.

Típicamente la tristeza y el estrés se asocian con eventos del presente, pero las cosas son un poco más flexibles. Por ejemplo, la depresión forma parte de un proceso de duelo normal y corriente, que hace referencia a hechos que suceden en el presente, pero tienen un impacto en el futuro.

Pero en líneas muy generales, cuando una persona tiene depresión, se suele deber a las cosas que le han pasado, en el recuerdo de su vida, y en la filosofía que tiene con respecto a su estado actual por todas las cosas que le han pasado.

Y la ansiedad generalmente se refiere a un estrés por lo que va a pasar, hay casos más aislados, relacionados generalmente con los ataques de ansiedad, que generalmente podemos asociar a un estímulo presente con el cual es difícil lidiar.

Sin embargo, generalmente cuando una persona tiene ansiedad y no se trata de un ataque provocado por un estímulo presente, se suele deber a eventos que van a ocurrir, que se teme que sucedan, o aquello que implica para el futuro lo que le esté pasando ahora, en algunos casos.

Cómo, más o menos, podemos lidiar con este tipo de emociones. Con la tristeza y el estrés, al ser impulsos o emociones que tienen una menos intensidad, es más fácil lidiar con ellos a través del pensamiento, de las palabras internas que nos decimos a nosotros mismos.

Tengo más videos sobre la terapia cognitiva, mediante la cual, de forma muy bruta, tu parte animal que te hace sentir algo y el cómo te acabas sintiendo como persona puedes plantar tu propio discurso para intentar analizar las cosas de otra forma, transformando el estímulo.

Si estás triste, generalmente es algo que puedes controlar hasta cierto punto, y según lo que te digas con respecto al origen de esa tristeza vas a poder hacer más o menos cosas al respecto.

Igualmente, si lo que tienes es estrés por algo, ese estrés es algo relativamente controlable, y si eres capaz de organizarte y de llevar un discurso que te haga hacer las cosas de forma más eficiente o que te lleve a plantearte realmente hasta qué punto ese estrés debería tener tal magnitud, es más fácil tenerlo bajo control.

Un ejemplo muy tonto, si voy a tener un examen dentro de poco, puedes pararte a pensar hasta qué punto debo estresarme al nivel al que estoy por semejante examen o si, teniendo en cuenta el plazo de tiempo que tengo para estudiar, y el impacto real que ese examen va a tener sobre mi vida y las oportunidades que voy a tener después, no tienes que estar tan preocupado.

No significa con esto que no tengas que hacer lo que tienes que hacer, pero sí que el estrés inútil por encima de esa pequeña dosis de estrés que te impulsa a hacer cosas, puede ser redirigido, o extinguido, para dar paso a otras emociones más productivas.

Dicho eso, cuando tenemos depresión o ansiedad las cosas son un poco más difíciles, pues estas con emociones que, por su intensidad, generalmente lo que nos digamos a nosotros mismos difícilmente tendrá un impacto de corto o medio plazo.

Aquí la terapia cognitiva o conductual sí que puede tener un mayor impacto de forma sostenida, cuando progresivamente vamos deshaciendo las creencias poco productivas de la persona y poco a poco vamos tomando acción.

Pero creo que es más importante el apartado conductual que el cognitivo. Pues si bien ambos apartados pueden tener un resultado positivo, el apartado conductual lo hace de una forma más pasiva y automática que la cognitiva.

La cognitiva obliga a la persona a salirse de su realidad e intentar crear una nueva. Sin embargo, es difícil en algunos casos salir de la depresión o de la ansiedad si no superamos los estímulos que nos han llevado a esa depresión o ansiedad.

Y generalmente la forma más fácil de hacer eso es seguir adelante, y hacer aquello que no estamos haciendo, aquellas acciones que estamos bloqueando debido a esa depresión o ansiedad. El hecho de la inacción, de estar quieto en la cama simplemente deprimido o estresado, sin hacer una serie de cosas que antes hacíamos, o que debemos hacer, pues va a ser más difícil que simplemente solucionarlo con el diálogo interno.

Si yo, por ejemplo, rompo con mi pareja, puedo entrar en una depresión a corto o medio plazo, porque la quería mucho y es una pérdida tan grande que ya no tengo ganas de hacer nada, he perdido ilusión, etcétera.

Y es más difícil cambiar tu mentalidad al respecto, que forzarte poco a poco a seguir haciendo las cosas de tu día a día que deberías hacer, e ir dejando que poco a poco esa acción vaya clavándose en el subconsciente, y así ir superando ese estado emocional en el que te ha metido tu cerebro.

Si por el lado contrario, rompo con mi pareja y tengo un ataque de ansiedad porque de repente me imagino cómo no va a ser mi vida con esa persona, o que la relación que yo tenía no era lo que yo pensaba, y parte de mi mundo colapsa como consecuencia, pues, nuevamente, difícilmente la terapia cognitiva va a solucionar esto a corto o medio plazo.

A largo plazo sí, por supuesto, pero para solucionarlo en un plazo más corto, normalmente lo que suele ayudar después de superar el ataque de ansiedad inicial, cuando simplemente sufrimos de ansiedad generalizada, lo más fácil es intentar seguir con tu vida de la forma más natural posible, y dejar que poco a poco esa nueva realidad y esa lejanía con el estímulo inicial vaya cambiando nuevamente nuestro subconsciente.

En este ámbito podemos mencionar simplemente el tema de la disonancia cognitiva, es que cuando nuestros pensamientos y emociones no están en sintonía, van a tender a alinearse de forma más o menos natural, por lo tanto, si cambiamos nuestras acciones, estas pueden condicionar nuestros pensamientos que a la vez condicionan a nuestros sentimientos.

Intentar cambiar nuestras emociones con nuestros pensamientos es más difícil. Es más fácil hacer que nuestros pensamientos cambien nuestras acciones y estás a nuestros sentimientos. Igualmente, nuestros sentimientos dirigen nuestros pensamientos, pero mover los pensamientos para que cambien las emociones es más complicado, sobre todo cuando esas emociones tienen una gran profundidad y gran arraigo.

Esa es mi opinión a día de hoy, y es lo que recomiendo.

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