Tema: Nutrición (Salud).
Hoy hablamos sobre el problema de ciertas dietas ancestrales, como la paleolítica o la primal, entre otras; la adaptación genética de distintas poblaciones a ciertos alimentos.
¡Nos vemos en el siguiente blog! Un abrazo,
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Dietas que, en definitiva, siguen un enfoque nutricional en lo que hacíamos en un pasado bastante pasado, se puede hablar, en ocasiones y según la dieta, de 10.000 años o más, basado antes de la agricultura.
Dietas como por ejemplo la paleolítica o la Primal, que se basan en seguir un estilo de vida más enfocado en el de cazadores recolectores, y entiendo que este tipo de dieta, como un modelo básico, como un concepto o como una idea muy sencilla a imitar y a tomar como base para una dieta un poquito más compleja y adaptada, puede ser muy buena idea.
Ya que, es cierto, que puede haber muchos problemas con las dietas modernas, hablo, por ejemplo, de problemas con lácteos, con gluten, con la maltasa, y de problemas en general con casi todo lo procesado, las grasas transgénicas, entre otros.
Por supuesto, esto no se aplica a todo el mundo, también tengo un artículo hablando de por qué todos los cereales no nos suponen un problema, por qué no suponen los lácteos para todo el mundo un problema, etcétera.
Pero ese es, precisamente, el problema de las dietas ancestrales, las dietas que tienen un enfoque mucho más tradicional y que no se abren a un enfoque mucho más concienzudo de la variabilidad intra individual en este sentido.
Con esto me refiero a que, por ejemplo, en una dieta paleolítica relativamente restrictiva, te puede decir que puedes comer carne, pescado, verdura y fruta, quizá frutos secos, pero poco más, y eso es muy restrictivo, es una dieta muy limpia y funcional, pero es una dienta que en ocasiones no está explotando todo el potencial que tú tienes al nivel del rango alimenticio que tú puedes consumir.
Quizá tú, o quizá tú no puedas consumir otros alimentos, como por ejemplo los lácteos, más o menos, si no recuerdo mal, un tercio de la población está adaptada al consumo de lácteos, y dos tercios no lo están, la forma de explorar si tú estás o no adaptado a este tipo de alimentos es establecer una dieta muy limpia y muy básica, como puede ser la dieta paleolítica, por ponerte un ejemplo que personalmente suelo seguir.
Y a partir de ahí, incluir de forma aislada otros alimentos, como, por ejemplo, la leche, y ver cuál es la reacción, hablo de esto de forma más concienzuda en otros artículos como “cómo seguir una dieta limpia”, pero creo que era importante mencionarlo de pasada en este.
Ahora bien, el objetivo de este artículo es simplemente decirte que estas dietas, que siguen un enfoque seguro para la mayoría de la gente, aunque hay gente que tiene problemas con, por ejemplo, la carne y el pescado, para personas que no tienen ningún problema específico de salud, a nivel general, suelen ser muy buenas, son una muy buena plantilla para probar otros problemas mucho más generalizados o estandarizados, como puede ser la reactividad no alérgica al gluten, o problemas de la asimilación de la maltasa.
Esto está muy bien, pero creo que es importante que, por lo menos tú, explores más allá, y ves que alimentos, fuera de esas dietas, te funcionan y cuáles no, así pues, este artículo es una crítica a este tipo de dietas.
Porque están muy bien, sobre todo como base, y en ocasiones está muy bien como seguro, como una dieta segura a la que poder volver cuando no sabes qué es lo que te está causando un problema, exactamente.
Pero creo que tienen una mentalidad demasiado cerrada en un mundo como el de ahora, hablo más de esto en otro artículo que he publicado, o que publicaré en breve, sobre las diferencias según culturas o tribus, por así decirlo, y según, básicamente, cuáles sean tus orígenes, o el de tus padres, o de tu ADN, en realidad.