Tema: Personalidad (Conducta).
¿No eres realista?
A los seres humanos nos encanta pensar que somos realistas y maduros. El problema es que los más jóvenes se creen que son adultos, y aún no lo son, y que los maduros se creen que ya han superado todos los problemas de su infancia. Y en ambos casos, la mayoría de las veces nos estamos mintiendo a nosotros mismos. Los jóvenes aún tienen mucho por aprender, y los mayores aún cometen muchos errores.
¿Qué podemos hacer para superar este problema? Simple, aceptar la realidad aunque no nos guste. En capítulos anteriores te hablaba de Madurar, y en esta entrada del blog vengo a hablarte en detalle sobre los problemas de no aceptar las cosas tal y como son.
Casi todos, sin importar nuestra edad, nos mentimos a nosotros mismos. Culpamos a los demás, a la suerte, a la sociedad, e incluso al cartero por los problemas. Achacamos las cosas buenas a la suerte, los contactos, o el dinero que otros ya tenían. Sea como fuere, constantemente buscamos excusas, barreras o componentes externos en los que escudarnos.
En algunos casos estaremos en lo cierto, pero en muchos otros no. La realidad nos incomoda, nos disgusta, nos deprime, mina nuestra autoestima y nos hace sentir mal. Y queremos huir de esas emociones. Preferimos enfadarnos, molestarnos, o culpabilizar a otros que asumir que tenemos cierto grado de control y que podemos hacer cosas. Incluso cuando no podemos hacer nada, tendemos a poner un velo a lo que está pasando e ignorarlo.
Es lo que llamamos la “fase de negación“ en el proceso del duelo. Y no sólo es una fase natural, sino también “universal”, en el sentido de que está aceptada como un proceso psicológico normal en cualquier persona que sufre una pérdida.
El problema radica en que, cuando podemos hacer algo, si no vemos el problema tal y como es, y nos inventamos otro problema distinto para protegernos, nuestra respuesta será inadecuada. Es como poner una diana ficticia delante de la diana a la que realmente queremos golpear, o como apuntar a una diana paralela. ¿Se entiende? No estás apuntando a tu objetivo, lo estás bloqueando o te estás desviando de él.
Y no sé tú, pero a mí me gusta saber cómo son las cosas y, si quiero, poder actuar en consecuencia, o al menos entender lo que está pasando. No me gusta vivir en una mentira. Sin embargo, eso depende de ti. Si quieres cambiar las cosas, o verlas con perspectiva, haz un esfuerzo por superar tus propias barreras psicológicas.
Parece que no, pero una vez coges el hábito no te “duele” o “incomoda” tanto hacerlo, y comienzas a adquirir una perspectiva más “cruda” de la realidad, donde te quejas menos, actúas más, y no cuando hay nada que hacer aprendes a simplemente aceptar que “así son las cosas”.
Sin embargo, todo dependerá de cómo quieras vivir tú. La “cruda realidad” no es para todo el mundo. Hay quienes prefieren vivir con una venda delante de los ojos, porque no tenerla les haría infelices. ¿De qué clase eres tú? ¿De las que prefiere la verdad o de las que prefiere un velo?
¡Nos vemos en el siguiente blog! Un abrazo,
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